sábado, 16 de agosto de 2008

"Un Mal Final"

Llegué a la comisaría a las 3:47 de la mañana, aunque estuve hasta las 4 sentado en mi auto avergonzado de entrar. Aún en mi carro, comencé a recrear todo lo que había pasado para que no se escapara ningún detalle de lo que iba a decir.
Ella me había respondido mal en medio de una discusión y solo me digné a cerrar la puerta dejando nuestra conversación inconclusa. Me dijo que me amaba tratando de evadir el tema, pero no hice nada. La verdad es que fue mi mente la que no quiso escucharla. Salí de casa y sólo manejé sin rumbo, sin bajarme de mi antiguo y plateado Honda en los primeros 40 minutos de conducción sin destino.
Al llegar cerca de casa bajé, comí un Hot Dog en la esquina donde siempre le compro y converso con don Carlos y recapacité sobre las cosas que dije. Al volver a casa la encontré llorando en los brazos de Felipe. Vi que con toda malicia el trataba de besarla y tocarla, por que solo esperé en la puerta a ver que sucedía.
- ¡Siempre es lo mismo, Felipe! ¡Me trata como un perro! Sale quizás dónde y no vuelve hasta la madrugada. Es de cada vez que discutimos, estoy harta.
- ¿Cuántas veces te he dicho que ese tipo está loco? Debería irse de aquí.
- No hables así, es mi marido.
- Pues muy mal marido escogiste, Karen.
Vi que se la acercaba lentamente y le decía:
- Cuantas veces te di mi mano y no la tomaste...
Felipe le dijo unas palabras que ni a mi mismo en mi época de cortejos se me habría ocurrido pronunciar. Ella sonrió dulcemente, mirándolo a los ojos. Luego lo besó. Sentí un fuerte apretón, un desgarro en mi pecho. Solo recogí las llaves y salí lo más callado que pude. No me importaba si ella tenía sexo con él, así que les di el tiempo prudente para volver y encontrarla durmiendo y eso fue exactamente lo que sucedió.
La vi acostada, con el maquillaje dispersado por las lágrimas. ¿Que habrían hecho?. Fuese lo que fuese, no me importaba. Fui por un whiskey para calmar mis ansias y un cigarro para calmar mis nervios y lo vi todo muy claro. Ella no era lo que yo necesitaba. Tomé ese mp3 que mi hijo me regaló antes de partir a España y comencé a escuchar música. Todavía a mis 39 años no sabía como usarlo bien, pero si sabía que el rock me relajaba y me daba ánimo. Quise tomar mi guitarra pero la hora no era prudente. Comenzaba a tararear las canciones sin darme cuenta y ella despertó por el ruido.
- Quizás a qué prostíbulo te fuiste a meter...
- Déjame solo, por favor.
-¿!Ahora dices eso, después de pasar quizás por cuantas putas!?
- Solo déjame, no quiero seguir. - contesté con tono suave. Era cierto lo que decía. No tenía nada de fuerzas para discutir. Ella se acercó y me dió una cachetada. No recuerdo que alguna vez otra mujer me hubiese pegado tan fuerte.
- Eres un asqueroso. ¡Maricón de mierda! ¡La concha de tu madre!
Comenzó a golpearme el pecho con los puños. La tomé por las muñecas y la lancé hasta la mesa de centro hecha de vidrio que se quebró en mil pedazos.
- ¡No vuelvas a tocarme, perra asquerosa! - Le dije. Se levantó con dificultad. Llorando. Esas lágrimas ni siquiera me lograron conmover. Solo quería que se alejara. No era tanto pedir.
- ¡No me pongas las manos encima! - Continué - Maldito día en que decidí casarme contigo. Esto estaba muerto hace mucho tiempo.
- ¿Qué he hecho yo para que me trates así? - Dijo ella, con un dejo de dolor bastante notorio.
- Había vuelto para conversar, pero te encontré con Felipe arrimado encima de ti. Y no hiciste mucho por detenerlo, que digamos.
- Estaba mal...
- ¿Y las otras veces que estás mal, haces lo mismo?
- Creo que conoces la respuesta... ¿No?
Esas palabras colmaron mi paciencia. No daba crédito a lo que oía. Mi propia esposa engañándome cada vez que discutíamos. Yo nunca le había sido infiel a ella pero saber que ella cometía constantes actos de indiscreción, hizo que toda la furia que había contenido esa noche y todas las otras se fuera a mis brazos. La golpee en la cara tan fuerte que la palma de mi mano quedó roja.
- ¡Qué hiciste, huevón! - Me dijo, roja de ira.
- Te vas a arrepentir de haberme dicho eso.
Nada de lo que diga ahora podría remediar lo que hice. La tomé por el cabello y la llevé a la cocina. Comencé a golpearla cada vez más fuerte. Ni siquiera podía sentir sus gritos. Solo escuché un: ¡Por favor, no! , pero aún así no me importó. Tomé un chuchillo cocinero y traté de cortarle el cuello pero logró escapar a otra pieza. La seguí.
- ¡Sal de ahí! ¡A ver si tienes los cojones de decirme todo de nuevo!
- Por favor, ándate, huevón. ¡¿Qué Estay haciendo?!
Pateé la puerta tan fuerte que dio un rebote en la pared y se volvió a cerrar, pero pude abrirla con las manos.
- Nunca más vas a volver a hablarme así. ¿Me oíste? - Ella comenzó a llorar desesperada pidiéndome por favor que no hiciera nada. Me dijo:
- ¡Piensa en tu hijo, huevón!
El cuchillo estaba en mi mano, cubierto de sangre que era mía, pues me había hecho un corte en la mano forcejeando con ella.
- Él no tiene nada que ver en esto. La culpa es toda tuya.
Y la apuñalé en el estómago. Ella no gritó, solo miró la herida y me miró a mi, pero no me detuve. Seguí hasta que me cansé de acuchillarla, incluso cuando ella estaba ya muerta. Me senté en el suelo al terminar la faena. No daba crédito a lo que había hecho y lloré sobre su cuerpo sabiendo que estaba en serios problemas.
Me levanté del piso y la tomé en mis brazos. Abrí la bañera y la metí dentro con agua caliente para lavar la sangre de su cuerpo. Comencé a bañarla y a vendar las cerca de 15 puñaladas que le provoqué. La sequé y la rocié del perfume que a ella más le gustaba. La puse en nuestra cama y me puse a su lado, sin dejar de llorar.
! Todo estaba listo! Ya sabía lo que le diría al paco que me recibiera, así que bajé del auto y me dirigí hacia la comisaría para contar mi horrible crimen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Compadre, le quedó excelente wn .... de verdad me gusto caleta .... deberíai escribir un libro pa quenos hagan leerlo en el colegio , jajajajaja en ves de algunasweas malas que tenemos que leer ......
yaop wn , sigue escribiendo asi wn .. te demaciao filete la historia
Cuidate wn ;);) nos vemos
adiós ;)

Anónimo dijo...

Ya lo sabes, si es tu estilo, está bastante bueno, pero no me gustan mucho las historias de crímenes... y menos entre parejas..
Si es por criticar la forma de escribir, no tengo ningún inconveniente, porque me agradó.
(@)